Se propone una lectura de los Ensayos de Michel de Montaigne desde una perspectiva inédita. No se los lee como la manifestación de una orientación escéptica moderna, sino desde otra que los propone como el primer caso de posición de analizante. Se considera para sostener tal lectura: la divisa “¿Qué sé yo?” que implica una docta ignorancia sobre sí mismo, la conversación constante, la inmixión de Otredad, la asociación libre y, entre otros argumentos, una filosofía que rechaza tanto el ser del yo como el de la condición humana.