Agradecemos a Alfredo Eidelsztein por su apoyo en el inicio de nuestros primeros trabajos relacionados con el PIC, su trabajo previo para elaborar las respuestas, así como su dedicación en el tiempo compartido.
Presentación
Buenos días, buenas tardes. Bienvenido, Alfredo Eidelsztein, al grupo de APOLa Internacional en Barcelona. Haremos una breve presentación:
Alfredo Eidelsztein es psicoanalista, licenciado y doctor por la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, y docente por más de treinta años. Fundador y director de la sociedad psicoanalítica de Apertura con disolución en 2018. Y fundador y presidente de la sociedad psicoanalítica Apertura para Otro Lacan, APOLa.
Autor de varios libros traducidos al inglés, italiano y portugués. “Modelos, Esquemas y Grafos en la obra de J. Lacan” que se ha reeditado. “El grafo del deseo”, “Estructuras Clínicas a partir de Lacan. Volumen I y II”, “La Topología en la Clínica Psicoanalítica”, “Otro Lacan”, “El origen del sujeto en Psicoanálisis”. Y en colaboración con otros, el artículo y texto de “La pulsión respiratoria en Psicoanálisis”.
En este espacio, el cual es un espacio de discusión, de debate, que hemos organizado en Barcelona, tenemos la particularidad, el privilegio de discutir. Y hoy poder establecer un trabajo con Alfredo Eidelsztein a partir de nuestros PIC, que cada miembro hemos empezado, según los planteamientos del PIC de APOLa Internacional -que están traducidos al francés, inglés, portugués, italiano y catalán-, los cuales nos van a permitir luego desplegar diferentes puntos a partir de nuestras propias preguntas.
Primera pregunta, de Karla Fuenzalida: En un video, que es un extracto de una presentación de Federico Ludueña sobre el 8M en la sociedad psicoanalítica Apertura, en 2018, hay una intervención tuya, donde haces una crítica al feminismo (¿o a un feminismo?). Adviertes -como lo hizo Lacan respecto del mayo francés- que podría tratarse de “desengañadas que se engañan”. Y planteas que haría falta introducir una categoría como la de genio de la lengua.
Más allá de puntualizar que tal como no hay “el psicoanálisis” no hay tampoco “el feminismo”, me parecería interesante retomar tu argumento, dado que podría permitirnos revisar algunas cuestiones de anti-ontología en psicoanálisis y al mismo tiempo contribuir al debate al interior mismo de los feminismos.
En este contexto planteas que al criticar el “patriarcado”, el feminismo confundiría cierto modo histórico y occidental de manifestarse el orden simbólico con el orden simbólico mismo.
Tal como lo trabajas en tu libro “Otro Lacan” entiendo que Lacan insiste mucho en no darle al orden simbólico un estatuto ontológico. Sin embargo, me parece que hay momentos en que las nociones de Orden simbólico, Lenguaje o Estructura empujan al ser, especialmente cuando se dice algo así como “el Orden simbólico mismo” como si fuese en sí, sin Otro.
En Peut–être à Vincennes Lacan plantea que el Psicoanálisis ha aportado a la lingüística lalangue, y dice: “(…) que no existen lenguas que no sean bajo el modo de vidas particulares, eso es la lalangue (…)” Y en el Seminario 20 señala lo siguiente: “Si dije que el lenguaje es aquello como lo cual el inconsciente está estructurado, es de seguro porque el lenguaje, en primer lugar, no existe. El lenguaje es lo que se procura saber respecto de la función de lalangue.”(Paidós 167)
Me pregunto si ¿lo que llamas “cierto modo histórico de manifestarse el orden simbólico” se podría pensar aquí como algo del orden de esto que Lacan llama lalangue y que tiene que ver con “el modo de vidas particulares”? o bien ¿podría tener que ver con algo del orden del discurso que también da la idea de algo “particular” y por lo tanto de un orden en el que sí se podría incidir -haciendo algún tipo de cálculo- como se haría en un análisis quizá?
Con estos elementos en juego ¿cómo podemos pensar el Lenguaje, la Estructura o el Orden Simbólico mismo de otro modo que como una categoría de lo Universal? Dado que ahí ya estaríamos de vuelta en la ontología. ¿Qué otro tipo de relación es posible establecer entre estas categorías que no nos fuerce a la clásica oposición binaria entre lo particular y lo Universal? ¿Podría ser que el análisis de estas cuestiones nos ayude a resolver el problema de la disyunción lógica que muchas veces se plantea entre estructura e historia? Dado que al parecer esta disyunción solo permite movernos entre el nihilismo de la estructura y diversos modos de ideologías libertarias que finalmente tampoco son sin un Dios.
Alfredo Eidelsztein: Lo primero sobre lo que quiero avanzar es que considerándome yo -por ejemplo, es una forma de plantearlo- un intelectual que está absolutamente a favor de la recuperación de derechos equitativos de todos los grupos postergados, por ejemplo, las mujeres -no necesariamente minoritarios, porque las mujeres son mayoría en la población mundial, este es un caso de postergación de mayorías, las mujeres son como el 51% de la población mundial; o afrodescendientes u otro grupo-, como intelectual, estando a favor de esa recuperación de derechos equitativos, lo mejor es criticarlos. O sea que la función del intelectual es criticar a aquellos a los cuales sostiene, defiende, propone. La desgracia de esos movimientos es cuando los intelectuales que participan de ellos se dedican a defenderlos y entonces los problemas crecen, crecen, crecen hasta que se convierten en la desgracia de esos movimientos. Es lo que pasó por ejemplo con los comunistas y Stalin, que en vez de proceder a la sistemática crítica que se merecía J. Stalin, se dedicaron muchísimos, quizá la mayoría, a defenderlo. Porque si criticas a la Unión Soviética entonces defiendes a EEUU, y entonces se arman los dos diablos y uno tiene que elegir. Mi impresión es que esa es una falsa, una mala posición del intelectual. Con lo cual, obviamente yo me dedico a criticar, no a los machistas o patriarcales, sino al feminismo que es un movimiento al que hay que cuidar. En ese sentido, lo que proponía, que no está claramente explicitado en tu pregunta, es el problema de ¿hasta dónde puede un grupo direccionar a toda la sociedad? Un grupo consciente, concientizado, ideológicamente desarrollado, iluminati, santos, lo que fuese, como un grupo, un pequeño grupo habitualmente. En la modernidad también, los movimientos sociales, políticos, religiosos habitualmente están dirigidos por pequeños grupos. ¿Cómo pueden dirigir a la sociedad hacia donde ellos quieren y proponen? No digo que no puedan incidir, uno puede incidir, todos incidimos y los grupos políticamente poderosos -por ejemplo- inciden mucho. Eso no quiere decir que lleven el barco al puerto donde se proponen, un caso típico es la unión soviética. Fue la revolución más exitosa -después del cristianismo-, la más exitosa en la transformación de la sociedad. Media Europa y más estaban siendo dirigidos por partidos comunistas. El partido comunista estaba destinado a la disolución de las clases sociales, no solamente a la recuperación de la plusvalía por parte del proletariado, sino que el Estado de comunismo era sin clases sociales, y finalmente terminó produciendo una nueva clase social que fue la burocracia soviética. Un resultado paradójico. O el movimiento originado por Jesús, de quitar a los mercaderes de la puerta del templo, y uno lee sobre los tesoros del vaticano y dice “bueno aquí se ha producido una desviación evidente en el movimiento”.
Y la otra cuestión importantísima es el movimiento que tiende en torno al feminismo al dominio de la lengua, a transformar la lengua en un lenguaje -por ejemplo – inclusivo. El otro día escuché una conferencia donde se exponía sobre “la cuerpa”, “la cuerpa” de la mujer que tiene “la ovaria”. Bueno, lo que yo propongo como intelectual es que si uno se pone en Amo de la lengua, uno puede incidir obviamente sobre la lengua, pero ¿a dónde va eso? Eso es sobre lo que yo advertía. Otro ejemplo es el movimiento del mayo francés, donde prácticamente todos los intelectuales comunistas, maoístas, troskistas que dirigieron ese movimiento terminaron siendo, o funcionarios de gobierno o asesores de empresa. El mayo francés fue importantísimo, pero ¿hacia dónde ancló el barco?
Y respecto a tu pregunta sobre si proponiendo simbólico, imaginario y real; orden simbólico, lenguaje, estructura; no se estaba proponiendo un universal y así un discurso ontológico u ontologizante. Voy a tomar esa parte de la pregunta. Propongo pensar así: primero distinguir un poco los términos, en un sistema mínimo, podríamos decir “el inconsciente estructurado como un lenguaje”. El lenguaje es un concepto abstracto, no hay nada que sea “el lenguaje”, como no hay nada que sea “la matemática”, es un concepto abstracto pero no responde a nada, salvo dentro de una disciplina científica como la lingüística, para pensar ciertas cuestiones. Luego sí existen lenguas: el español, el catalán, el euskera. No sé cómo se pronuncia euskera, si lleva una tilde o no, un acento en su pronunciación, yo solamente leí, no escuché hablar euskera.
El lenguaje es el concepto abstracto, luego existen lenguas: el español, el catalán, el euskera. Ahora, las lenguas pueden ser estudiadas desde distintas perspectivas. Pueden ser estudiadas por la neurobiología, pueden ser estudiadas por la lingüística y también pueden ser estudiadas por ejemplo por el psicoanálisis. Si son estudiadas por el psicoanálisis su modo de existencia solamente es lalangue, algo así como la lengua todo junto: lalangue. Esto es en existencias particulares que no corresponden a individuos, sino que corresponden a cierta localización de individuos e historias desde la perspectiva de lalangue. En psicoanálisis sería un caso: en el caso A madre quería decir esto, padre quería decir aquello, familia quería decir lo otro, mujer quería decir esto. En ese caso la lengua tiene una existencia de lalangue, pero no por ello podemos negar que exista la lingüística. La lingüística comparada puede decir que los artículos femeninos y masculinos en español tienen un modo de existencia y en inglés quizá sea otra cosa. Eso también perfectamente se puede decir sobre las lenguas. Desde la perspectiva del psicoanálisis las lenguas no existen. A mí ningún paciente me habla en español -sí yo atiendo en español pero yo intento establecer la lalangue para ese caso, que estaría más allá del paciente y de mí mismo. Luego está el discurso, que es otra categoría. Desde la perspectiva del discurso lo que se plantea es que solamente –dado un contexto– se puede establecer quién habla y qué dice, los psicoanalistas habitualmente a esto lo llaman “bajo transferencia”, pero es un problema, porque los psicoanalistas “bajo transferencia” quieren decir que el paciente ama al analista, es el amor de transferencia. En la lógica del sentido de Lacan, en una sesión, lo que es material de la sesión, ¿quién lo dice?, ¿quién dice lo que se dijo?, ¿es lo que sale por la boca del paciente y que se graba en un grabador? ¿O eso requiere de una interpenetración del analista que establece lo que se dice? Y por otra parte, eso que se dice no es lo mismo si se dice hoy, ya que ayer dijimos algo que modifica lo que querrá decir lo que decimos hoy y también lo que es decirlo en este contexto. Decirlo en este contexto no es lo mismo que decirlo fuera de este contexto. Muchas veces sucede que se establece algo en sesión, que el analizante queda muy sorprendido con eso que se trabajó en sesión y va con su familia, con sus amigos, con su grupo, con quien fuese, cuenta la sorpresa de lo que se dijo en sesión y alguien en su entorno le dice “pero si yo te lo dije ya diez veces, eso mismo”, bueno pero el contexto de la sesión es el contexto de un discurso particular. Eso se llama análisis de discurso. Entonces tenemos psicoanálisis, tenemos lingüística y tenemos análisis de discurso, análisis de discurso es lo que en psicoanálisis yo rescato de Lacan -hay muy poco trabajo fuera de APOLa sobre esto- que es la inmixión de otredad ¿quién dice? No solamente el analista dice lo que le dice al analizante, que es quien dice lo que dice el analista, sino que también los otros de autoridad del caso hablan en la sesión: familia, parejas, jefes, empleados, políticos, son todos niveles que hay que distinguir. Lo que en psicoanálisis con Lacan, solo con Lacan -Derrida también en un punto, Claude Levi Strauss también-, en la tradición psicoanalítica, luego de Lacan que yo sepa nadie, salvo APOLa -que estamos intentando recuperarlo- es el trabajo con el concepto de estructura. En psicoanálisis quedó estructura como aparato psíquico, o sea se volvió a Freud, se retornó a Freud.
Estructura, Karla, primero que yo distingo entre universal y ontología. Universal es para todo caso: para todo caso de X Y, para todo caso de Y X. Eso es universal. Todo reducido, disculpen la pobreza con que presento los términos. Si ustedes buscan en filosofía “universal” solamente con la querella de los universales van a tener veinte libros. Mientras que con “ontología”, al menos en la enseñanza de Lacan, de lo que yo pude leer, se establece el ser, un ser que es idéntico a sí mismo. El universal serían todos los casos de X, todas las mujeres, todos los afrodescendientes, todos los catalanes, todos los judíos, eso es universal. Otra cosa es decir que “todos los vascos son cabeza dura”, no sé si decís en España “cabeza dura”, tercos. Que los vascos son tercos, eso sería ontologizar. Ahora, la ley que diga “a todos los vascos se les dará doble ciudadanía” española y del país vasco – no sé estoy metiéndome en problemas políticos tremendos -, eso sería un universal pero no es ontología. Con solo presentar el documento uno obtiene la doble nacionalidad pero no dice nada del ser. Entonces una cosa es el universal, a mí entender, y otra cosa es ontologizar.
Con RSI -real, simbólico, imaginario- o RSI sinthome (cuatro), o con estructura o con orden simbólico, estimo yo que se evita el problema del Universal y se evita el problema de la ontología porque son máquinas, son máquinas vacías, no tienen contenido. Es como la teoría de conjuntos, lo voy a trabajar con la teoría de conjuntos pero más sencillo. El conjunto A y el conjunto B: el conjunto A tiene por elementos [1,2,3] y el conjunto B tiene por elementos [a,b,c], si los sumo me da el conjunto unión que tiene seis elementos. Si hago la unión de conjuntos, me da seis elementos que son [1,2,3,a,b,c]. Si hago el conjunto unión de los conjuntos que tienen por elementos [1,2,3] y el conjunto que tiene por elementos [3,4,5], si hago la unión no tengo seis, porque como 3 está repetido dos veces, tengo el conjunto unión que es [1,2,3,4,5]. Ahora ¿Qué es el conjunto A? Nada ¿entienden? Son todas las mujeres, todos los hombres, todos los estadounidenses, todas las piedras del suelo, todos los elefantes verdes que tengan siete cuernos, todos los conjuntos vacíos, todos los números negativos, todas las cosas que todavía no existen ¿Y el conjunto B? También, cualquier cosa y la unión también, son operatorias formales sobre nada. Esa es la genialidad del conjunto, de hecho está el conjunto vacío que es un conjunto que no tiene ningún elemento. Cualquiera de ustedes diría “eso no es un conjunto, si no tiene nada”, ah no en esa máquina existe el conjunto vacío y es importante para la teoría. Es Lacan. Ahora, si real es la piedra y simbólico son las palabras que se graban e imaginario son las imágenes de televisión que yo puedo sacar en una foto, entonces sí ontologizás. Pero para Lacan lo real no son las piedras, eso es en el lacanismo. Son máquinas con partes que se articulan legalmente pero no son ni universales ni poseen ser en sí. Según Lacan -y yo estoy de acuerdo, es el único autor que yo conozco que trabaja así en psicoanálisis- crea una clínica muy potente y muy adecuada trabajar sobre entidades así ¿entienden? Por ejemplo sujeto ¿quién es? nadie, no es ni el analizante ni el analista. Ah, ¿es lo que se dice entre ellos dos? ni siquiera, porque podría ser también lo que dice, y es determinante, el Estado, que dice: “no psicoanálisis para esquizofrénicos no, así que ese tratamiento se interrumpe. -¡Pero íbamos bien!” Se interrumpe igual porque el Estado no va a pagar psicoanálisis para pacientes esquizofrénicos. Con lo cual, ¿entienden que el Estado habla dentro del tratamiento? Quizá tengan que pactar entre analizante y analista llamarse “paciente” y “psicólogo cognitivo conductual”, el Estado pagará y el análisis sigue igual pero han tenido que cambiar los nombres. Quizá hasta tengan que sacar el diván del consultorio, porque si hay diván en el consultorio el Estado no paga el bono, entonces sacamos el diván y seguimos, pero está participando el Estado. O puede ser la madre del pacientito, el jefe del servicio, la esposa, el cónyuge o el marido. Con lo cual, en esta forma de trabajar, incluso analista ¿quién es el analista?, es una función vacía, quizá se invierte ¿entienden? que el analizante le interpreta al analista, cambian las cosas allí, hubo un corte y quien ocupó el lugar del analista fue el analizante y está todo bien, no hay ningún problema. Puede ser un acting out delicado pero puede ser también una interpretación pertinente. Con lo cual, el problema que vos planteas, que es verdaderamente un problema, mi impresión es que en la enseñanza de Lacan está resuelto. En el lacanismo no, como el lacanismo tuvo vocación de ser freudismo volvió a sustancializarse, entonces el padre es el que pone límite, la madre es la que promueve la locura por la relación incestuosa madre–niño, que lo quiere reincorporar y, el niño es el que quiere tener relaciones sexuales con la madre y se pelea con el padre. Ahí sí tenés los dos vicios, la universal porque todos los hombres son iguales – angustia de castración -, las mujeres son todas iguales – tienen envidia del pene -, y por otra parte, también se ontologiza porque son todos iguales y tienen una esencia que es idéntica a sí misma.
Pero Lacan no lo plantea así, ni las mujeres, ni los hombres, ni los padres, ni las madres. La teoría de Lacan no promueve ni la universalización ni la ontologización ya que propone trabajar con una máquina vacía. Para concluir, es dificilísimo trabajar con una máquina vacía, nos exige a los psicoanalistas tener la cabeza de un lingüista y/o de un matemático o de un músico, son cabezas muy poco frecuentes y muy difíciles pero bueno, si uno se prepara puede llegar a hacerlo. Bueno hasta aquí.
Segunda pregunta, de Eulàlia Bullich: En el Programa de Investigación Científica de APOLa, apartado f, punto 11 de “conceptos articulados”, (de las diferencias entre Freud y Lacan), se dice que: “Sólo se puede establecer si ha habido analista, en el proceso de un análisis, como consecuencia de la cura de la neurosis de transferencia”. Para una investigación sobre saber lo que ha sido hecho en un análisis ¿qué sería aquello que establecería que ha habido analista en un trabajo con psicosis?
Alfredo Eidelsztein: Hoy ya no digo neurosis de transferencia, ya no utilizo ese concepto freudiano, de hecho me he ido entrenando en intervalo y holofrase. Es un resto de freudismo, o sea, es una mezcla de teoría, no es que freudismo sea mala palabra, es una teoría. Lacanismo, la enseñanza de Lacan, es otra teoría. Lacanismo, Jacques-Alain Miller, Colette Soler… es otra teoría, todas muy buenas. Cada uno tendrá que elegir. Todas muy buenas porque no se puede decir que ninguna sea mala. ¿Cómo haríamos para decir esa teoría es mala o esa teoría es mala? En nuestro caso no hay cómo establecerlo con seriedad racional. Primera cuestión.
La segunda cuestión es referida a que -y ya enganchando con la anterior pregunta de Karla-, Lacan generó, propuso un dispositivo que es el dispositivo del pase, que implica quitar de la escena al analista y al analizante ya que se da testimonio a terceros, que a su vez se lo dan a otros. O sea, “Para mí es un caso exitoso” dice el habitualmente llamado paciente, el analista dice “para mí es un caso exitosísimo”. Lacan dice: pero habría que estudiarlo sin las personas, porque las personas engañan. Entonces inventó un dispositivo, que llamó el dispositivo del pase, que no es para pasar de soldado a sargento, de sargento a teniente o de teniente a capitán. Terminó convirtiéndose en eso, en una burocracia, que es habitualmente como se terminan estos movimientos cuando se institucionalizan: pero, originalmente, en Lacan, era para ver si hubo acto analítico o sea si operó un analista. Con lo cual, es el análisis de un caso por instancias muy alejadas de las personas que operan sobre un texto y dicen, dos o tres años después quizás, si hubo, he ahí que hubo analista. Con lo cual, observen que para Lacan no es observable. La mejoría sí, porque bueno eso es testimonial; o el empeoramiento, o me siento mejor, o me siento peor, eso sí, pero ¿analista? No. Con lo cual, es evidente que es algo eminentemente abstracto que requiere un tratamiento de los textos de tal manera de que uno tenga la mayor distancia posible con las relaciones entre las personas. Tendrían que ser el caso N donde el analista fue M, el analizante fue L, la historia fue S, lo que se dijo fue P, lo que se interpretó fue Ñ. Poner en una relación lógica todo eso y ver si hubo un corte tal que los términos se reacomodaron de otra manera. Un reloj mecánico pasó a ser un reloj electrónico. Pero para pasar de esto a esto otro hay que hacer una transformación completa de todos los elementos.
Son funciones absolutamente abstractas, como padre en el indoeuropeo: Pater, Ius Pater (Iupiter) Júpiter como pater en el indoeuropeo, es una función abstracta. No tiene que ver con el Papa, con el papá, con el ata, con el ta, con el pa, que son personas que están en la familia y se encargan de cuidar al niño y de alimentarlo.
En el campo del intervalo, entonces, que nuclearía a la histeria, la obsesión, perversión etcétera, etcétera, es posible un psicoanálisis, es posible el advenimiento de la función del analista y es posible el acto que no es salud, que no es reacomodar el goce, que no es acotar el goce. Todo eso es Miller, es otra teoría. Éste es un corte que revela la estructura, implicando que, la estructura toda ella, se ha modificado y para que se modifique toda ella todos los términos tienen que ser trastocados. Es posible. Lacan dice, es posible. Esto es posible. Hay que verificar si se produjo. A lo que se llega es solamente a una conjetura. No son cosas de la certeza, pero se puede conjeturar con bastante seriedad y consenso que sí o que no.
En la psicosis -que yo prefiero llamar el campo de la holofrase porque es más abarcativo y más comprensivo, es más coherente, no tan fenomenológico como el de Freud, que incluiría la debilidad mental y la psicosomática, etcétera, etcétera-, Lacan propone una teoría para pensar el campo de la holofrase que es la forclusión del nombre del padre. ¿Cómo se dice en España? ¿Se dice forclusión? ¿En psicoanálisis lacaniano se dice forclusión?
E.B.: Sí.
A.E.: ¿No dicen preclusión?
E.B.: No
A.E.: Les digo de lo que se trata, forclusión es un neologismo de Tomás Segovia para traducir el término del francés de Lacan. O sea, es un neologismo del traductor, una palabra inventada aparentemente por Tomás Segovia. Igualmente en español no existe. Lo que existe es la normativa legal “preclusión”, a la que se refiere Lacan y es que, una ley, una normativa que si no se aplica en su momento, aunque sea válida, pasado cierto tiempo ya no se puede aplicar. Eso es preclusión. Concursar universitariamente con un jurado, perder y luego objetar al jurado, eso no se puede hacer, porque todos los que perderíamos objetaríamos al jurado, no habría ninguna posibilidad de hacer un concurso de nada. Por eso primero se designa el jurado, luego se designan los interesados y los interesados cuando se inscriben tienen derecho a objetar al jurado antes de concursar.
Entonces, la teoría de Lacan dice que si el Nombre-del-Padre en la metáfora paterna no operó desde el comienzo no opera. No tiene fecha. ¡No es al nacimiento del bebé, no es en el embarazo, parto, puerperio, es desde el comienzo, como el origen de una lengua, en la sincronía en la cual, ¡plup! aparece una lengua, el español, ¿cuándo apareció? No se puede decir cuándo apareció. Opera o no opera el significante del Nombre-del-Padre que es el significante de la ley en el Otro. ¿Cuáles son estos términos? De vuelta, es una máquina abstracta ¿Cuál es el Otro para este caso? ¿Cuál es el significante de la ley para este caso? ¿Cuál es el Nombre-del-Padre? Todo esto son términos abstractos, no es el papá, no es la mamá, no es el Edipo, no es el niño. Por ejemplo, en “El despertar de primavera”, el libro sobre adolescencia de Wedekind. Lindo para leer, se los recomiendo, es una obra de teatro del 1900. Lacan hace un análisis y dice que el Nombre-del-Padre en esa obra de teatro es el encapuchado… Hay padre, hay madre, hay chicos, hay profesor… ¿Vieron la sociedad de los poetas muertos? Más o menos es esa trama. Chicos, adolescentes, libro romántico que termina en suicidio. El romanticismo así completo, con suicidio inclusive. El romanticismo es muy de incluir la muerte como destino. Y ahí Lacan dice que el Nombre-del-Padre es el enmascarado. Es un personaje secundario, que aparece en una página, hace así ¡plup! Nadie sabe por qué, ni para qué Wedekind lo puso ahí. Léanlo ustedes, es un librito lindo para la mesita de luz o para los fines de semana.
Si hay forclusión, entonces, Eulàlia, quiere decir que si no operó ya no puede operar. Esa es la teoría de Lacan. En términos más… como hablan comúnmente los psicoanalistas, no hay cura de la psicosis, porque si no operó no es que se lo puede poner a operar. Hay suplencias, hay soluciones alternativas francamente terapéuticas, que mejoran mucho la calidad de vida de algunas personas, no solamente del paciente, también de su entorno. Hay muchos recursos de muy buena calidad de la psiquiatría, de la psicología y también del psicoanálisis, pero estrictamente hablando, como deducción de la teoría, no habría acto analítico, no habría corte porque habría una falla estructural que es incurable, que es a lo cual Lacan se refiere con forclusión. En Freud no hay nada equivalente a una legalidad que si no se operó en su momento ya no puede operarse.
Es una idea interesante de Lacan, me parece incluso interesante para pensar los casos de holofrase como lo llamo yo, incluso de psicosis más específicamente porque indicaría que los tratamientos de esos casos, tenderían a ser continuos. No quiere decir que los pacientes no tengan períodos muy buenos y entonces interrumpan todo tratamiento, se vayan de la internación o interrumpan la psicoterapia y que estén muy bien y que tengan otros brotes, otras recaídas, vuelvan a los cinco años, con esa clínica que a veces se produce en los casos de psicosis. O que sea un continuo sintomatológicamente igual o un deterioro como hay en muchos casos de psicosis, en las esquizofrenias especialmente las hebefrénicas. Las tempranas implican un deterioro, dejan el trabajo, después dejan los estudios, después dejan fútbol, después ya no ven a los amigos, después ya no tocan la guitarra, después ya no salen de la casa, de la cama y después ya no salen de la habitación. A pesar de lo cual hay posibilidad de operar terapéuticamente con orientación psicoanalítica pero según la teoría. Los límites de la teoría, por su comprensión de los casos, es que en sentido estricto no habría analista porque el analista advendría a partir de la existencia de que hubo un corte y si hubo un corte, hubo función del analista. Lo que no quiere decir que un analista, con la teoría psicoanalítica que tenga, la de Freud, la de Winnicott, la de Melanie Klein, la de Jacques-Alain Miller, no pueda aportar, en su trabajo con pacientes psicóticos, muy buenos resultados clínicos si aporta del psicoanálisis aquello que pueda ser útil. Pero, psicoanalista en este sentido, no, la respuesta sería no.
No es para rasgarse las vestiduras, ni tirarse cenizas arriba de la cabeza, es para reconocer que toda teoría tiene sus límites. Toda teoría tiene su real, el límite que significa hacia lo cual, la existencia misma de la teoría le produce un límite a la teoría y en este caso la forclusión sería un límite preciso a la práctica del psicoanálisis.
Es polémico, seguramente todos los analistas que atienden pacientes psicóticos se sentirán quizás un poco conmocionados, pero en la teoría de Lacan, forclusión quiere decir eso, que en realidad es preclusión.
Tercera pregunta, de Alejandra Rifé: La Operación de la Letra es el título de este PIC, en él me planteo seguir distintos caminos en relación a las versiones de la letra, que encontramos en Lacan. En este caso me concentré en la cuestión de la fórmula de la Trimetilamina como invención del soñante Freud, “el sueño de alguien –dice Lacan en el Seminario 2- que está indagando qué son los sueños”[1]. Lo comenté así: la fórmula de la Trimetilamina resulta ser la del “ombligo del sueño”. Serie de letras provenientes de otro campo que formula a la oquedad, “ese punto no aprehensible en el fenómeno”[2], “el punto de surgimiento de la relación del sujeto con lo simbólico”[3]. Lacan ya usa en este Seminario 2 el término inmixión, es el año 1955, algo que recogerá o recordará en Baltimore en 1966. Lo usa precisamente para decir que la palabra clave de ese sueño es la naturaleza misma de lo simbólico. Por cierto, en estos capítulos de este seminario están presentes ya los registros que darán en “la más desarrollada elaboración que Lacan realiza del agujero en psicoanálisis: el nudo borromeo”[4].
También escribí: Invención del sueño de Freud, el ombligo del sueño deja de no escribirse por la operación de esas letras momentáneas, ¿cumpliendo el deseo del soñante?, ¿cumpliendo qué deseo?
La cuestión, la pregunta, es quién inventa, teniendo en cuenta que es una de las preguntas que me interesa para este PIC y que Lacan se hace al recoger la cuestión de la inmixión. Se me hace útil pensarla con una fórmula que propone Alfredo Eidelsztein en Formalizaciones matematizadas cuando habla de “lógica interhumana”[5]. Entonces, al seguir el derrotero de la pregunta por la naturaleza, el funcionamiento de la invención, siguiendo el derrotero de la letra y sus formulaciones ¿cómo podríamos leer el advenimiento de esa fórmula a la luz de esa lógica interhumana y no por la lógica del autor? ¿Quién escribe? ¿De qué letras se trata? Es a la hora de responder a la pregunta ¿qué mueve? que A.E. dice En “Formalizaciones matematizadas”, “un problema que podemos llegar a tener es que quizás se nos hizo obligatorio un mito energético porque trabajamos con un individuo. Quizás en una lógica interhumana, ya no sea tan necesario apoyarnos en un mito energético”[6]. En relación a la lógica interhumana me interesaría poder tratar este pasaje –siempre en esas clases del Seminario 2, dedicadas al sueño de la Trimetilamina- en que Lacan dice que:
“Este sueño implica el reconocimiento del carácter fundamentalmente acéfalo del sujeto, pasado un determinado límite. Este punto es designado por el AZ de la fórmula de la Trimetilamina. Ahí está en ese momento el yo (je) del sujeto. Y no sin humor, ni sin vacilación, pues esto es casi un Witz, les propuse ver en ello la última palabra del sueño. En el punto en que la hidra ha perdido sus cabezas, una voz que ya no es sino la voz de nadie hace surgir la fórmula de la Trimetilamina como la última palabra de lo que está en juego, la palabra de todo. Y esta palabra no quiere decir nada a no ser que es una palabra.
Esto, que posee un carácter casi delirante, lo es en efecto. Digamos que lo sería si el sujeto solo, Freud solo, analizando su sueño, intentara encontrar ahí, a la manera en que podría proceder un ocultista, la designación secreta del punto donde efectivamente reside la solución del misterio del sujeto y del mundo. Pero no está en absoluto solo. Cuando nos comunica el secreto de este misterio luciferiano, Freud no está solo, enfrentado al sueño. Así como en un análisis el sueño se dirige al analista, Freud, en este sueño, ya se está dirigiendo a nosotros.”[7]
Alfredo Eidelsztein: La operación de Lacan de disolver el mito energético funcionó al revés, en vez de producir lo que él quería multiplicó enormemente lo que él no quería, salvedad que yo siempre les propongo pensar a los comunistas, a los marxistas, a las feministas: estén advertidos que yendo para el camino que ustedes van, que es el que ustedes quieren, pueden llegar al contrario. Y es el mito moderno del goce, una teoría que propone goce, goce, goce.
A mí me invitaron unos psicoanalistas de Madrid hace unos 8 años y me dijeron que estaban buscando una voz diferente porque no podía ser “todo goce, goce, goce”. Con lo cual, ahora el mito energético está mucho más desarrollado que nunca en psicoanálisis, o sea: es tu goce, o es mi goce, mucho o poco, el tuyo es muy mortífero, el mío está más limitado. Hay que tomar la advertencia de Gárate y Marinas, autores españoles del texto “Lacan en Español”, para la traducción del término goce porque ellos proponen gozo, es muy interesante esa advertencia de traducción. No pierdan de vista que con “goce, goce, goce” del psicoanálisis moderno -milleriano, antimilleriano, de la IPA, todo el psicoanálisis del mundo por igual-, se ha recrudecido el mito energético, que todos tenemos como un fueguito interior que nos mueve y si hay mucho, poco, si papá no lo ordenó o nacimos con poquito y papá lo arruinó. Pero Lacan propone “gozo del Otro”, o sea no solo ¿quién inventa? que quiere decir “¿quién piensa?”, sino que Lacan propone “¿quién goza?” Cuando hay gozo la teoría de Lacan es j minúscula al lado de A mayúscula. No sé por qué Lacan no lo escribió entre paréntesis, es una desgracia para mí, si estuviese vivo le diría, pero… doctor: ¿por qué no escribió “j, abro paréntesis, A mayúscula, cierro paréntesis”?, ¿por qué no lo hizo así? En ningún lugar lo explica, para mí es una complicación teórica enorme. Lo leo como si hubiese paréntesis, que es como lo lee él, pero no le pone los paréntesis cuando lo escribe, antes los ponía, los dejó de poner, no sé por qué. Pero es “gozo del Otro”, con lo cual en un síntoma, para un caso, incluso es importante no ¿quién inventa? sino ¿quién goza? No creo que esté extremando ejemplos clínicos si refiero como ejemplo a un adicto a sustancias que testimonie, luego de un buen trabajo sobre su consumo adictivo, que en realidad no le gustaba, que lo hacía porque X o porque Y, o porque el padre y la madre, o los hermanos o todos los amigos, pero que nunca le gustó, ni antes ni durante ni después del consumo de la droga. Pero que lo hizo y perdió gran parte de su vida a causa de la adicción pero nunca disfrutó de ello. Es un esfuerzo teórico de origen freudiano cuando los pacientes vienen y dicen “yo con mi síntoma, que sufro tanto, ¿qué disfruto?”, “¿qué gano yo con mi síntoma?” y entran en un bucle que no los lleva a nada, cuando en realidad la buena pregunta es ¿Quién disfruta de tu síntoma? ¿Por qué te planteas que eres tú? Ya en las relaciones sexuales es muy evidente, que el goce, para decirlo popular o vulgarmente, de cada uno, está tan mezclado con el del otro que casi toda la actividad sexual responde a ese problema. Una persona, cuando la violan sexualmente, ¿disfruta o no disfruta? Ya que si disfruta… ¿Es violación? Una persona que practica actos sexuales regulares a su estilo de toda la vida, ¿hay que suponer que disfruta por ello? ¿O disfruta el otro? ¿O disfruta alguien supuesto? ¿O se hacen las cosas como se deberían? Tener relaciones sexuales los sábados por ejemplo, no sé si es así pero en Argentina se dice “después de mucho años de casados, sí, los sábados”, como si fuese ir a jugar al fútbol con los amigos el domingo. No solo quién inventa sino sobre todo ¿quién goza? Una pregunta radical, muy buena porque con la mente uno está muy complicado pero es más fácil pensar que con el cuerpo, cómo va a disfrutar otro, si es mi disfrute, si me violan he de suponer que el violador disfruta y yo sufro. Yo tenía un paciente que disfrutaba mucho yendo al puerto a sufrir violaciones por otros, terminaba con problemas de salud muy importantes, muy dañado, en el hospital… Pero iba e iba e iba, quizás no disfrutaba nada, quizás disfrutaba otro o el Otro. Antes se decía ¿probaste? y ahora ¿no probaste? Puede ser la cultura en general, o cómo están planteadas las relaciones sexuales.
Newton y Einstein son los más grandes, ¿no? Son intocables, ¿no? Hay una querella Newton-Leibniz. Poincaré también presentó una teoría de la relatividad, llamada ¡“teoría de la relatividad”! Es más correcta la de Einstein, y por eso los científicos tomaron la de él. Sin topología no la podría haber hecho, no hubiese habido condiciones de posibilidad para pensar lo que pensó. Y segundo, no sé si saben cómo quedó Einstein después de la publicación de la teoría de la relatividad, no sé si saben cómo quedó Albert. No sé si conocen algo de esa historia, quedó enfermo, en cama, mal, varios meses, en un estado casi catatónico. No sé si saben cómo queda la persona por ser el receptáculo de algo que se piensa, que está pensándose algo y que se hizo cargo de escribirlo. Quedó destruido el individuo. Y Newton, loco, en una paranoia. Como individuo lo que implica pensar: no hay tiempo, no hay espacio, hay espacio-tiempo. Es algo totalmente distinto, tal que si uno gana en tiempo pierde en espacio, si uno gana en espacio pierde en tiempo. Es una locura total. A Einstein no le dieron nunca el premio Nobel porque no había pruebas, se lo dieron por un trabajo con el efecto foto-eléctrico. ¿Vieron la célula foto-eléctrica para prender la luz, que hace que suceda algo con la luz del sol que se convierte en electricidad? Le dieron el Premio Nobel por eso, nunca se lo dieron por la Teoría de la relatividad ¡porque no había pruebas! De hecho la sociedad sueca de Premio Nobel no da premio a las matemáticas porque no hay pruebas. Y son hombres, mujeres, sociedades que piensan, miren el retraso. Con lo cual, la pregunta quién piensa, yo publiqué un artículo que quizás te sea de utilidad, y hay allí una lista que yo confeccioné a partir de otras listas que confeccionaron otros, larguísima, ya debo tener 50 ítems, donde los inventos más famosos de la historia de la ciencia moderna tienen 2, 3, 4, 5 autores que no se conocían entre ellos, que publicaron en distintas lenguas, en distintos países, en el mismo momento, la misma teoría, lo llamé descubrimientos simultáneos. En un libro o un artículo, no me acuerdo ya, tengo una lista publicada de 30, y ya debo tener en mi carpeta como 50, en ciencia moderna, lo que nos obliga a admitir, con Lacan, Eso piensa, Ça pense, y ¿quién es Eso? Nadie. De hecho fíjense que culturas, que uno puede ver hoy sumamente atrasadas, en determinado momento fueron lo culminante, lo máximo, en ciencia, en música, y 500 o 1000 años después es lo más atrasado que hay. No hay características de pueblo, de gente, son circunstancias de inmixión de otredad que de pronto hacen pluf, una eclosión. ¿En qué disciplinas se destacaron los alemanes a fin del XIX y principios del XX? Lógica, matemática, filosofía, psicoanálisis, psicología, biología, historia, lingüística. Uno diría: no puede ser, hay algo ario, eso sería ontología, rubios, altos, de ojos celestes, piensan mucho, y 50 años después destruyen al mundo casi completo, tan antisemitas que muchos judíos alemanes escaparon. Si no hubiesen desarrollado la bomba atómica ellos y la hubiesen tirado en Londres hoy yo no estaría dando estas respuestas a ustedes ni ninguno de mi familia. Y cincuenta años después Alemania ya no es el centro de todas las disciplinas. Por qué. Porque eso piensa.
Para terminar, Lacan dice: en matemática, la mejor manera de expresar sujeto es raíz cuadrada de menos 1. Inamisible en ciencias sociales y en psicoanálisis lacaniano hoy, no solamente porque no puede ser nadie sino porque es algo que no puede ser. Raíz cuadrada es la operación contraria de potencia. Un número al cuadrado produce este número, y raíz cuadrada es averiguar cuál es el número que se elevó al cuadrado, y ningún número elevado al cuadrado puede dar negativo, porque números negativos y números positivos elevados al cuadrado dan siempre positivos, eso es primer año del colegio secundario. A pesar de lo cual, existen. En Francés sería como el neutro “Il pleut”, llueve, impersonal, eso es el concepto de sujeto que yo propongo para el psicoanálisis. Hemos de usar una noción superadora de Estructura e Historia.
Finalmente, autor es ese individuo pobre, que paga con su persona, que paga con su cuerpo, que muchas veces paga con su salud el ser el portante en determinada circunstancia de eso que se dice.
Einstein fue la causa de la teoría cuántica, de la física cuántica, uno de los derivados de la relatividad. Y luego de la teoría de la relatividad generalizada en 1915, restringida en 1905, debe haber muerto en 1950, no me acuerdo, se dedicó 35 años a rechazar la física cuántica. “Don Alberto” –antes se traducían los nombres, no hay que traducirlos, eso tiene que ver mucho con la letra-, se dedicó a ser el máximo conservador y retrógrado respecto de su propia teoría. “Si yo veo la luna no puede ser que cuando yo no la vea desaparezca” dice Albert, y en la física cuántica si vos no iluminas el ente el ente no existe, con lo cual no solo pagó con un desgaste personal absoluto producir la teoría de la relatividad tan joven, 21 o 22 años, sino que se dedicó a ser el conservador que rechazó las consecuencias más revolucionarias de su propia teoría. A mí me parece que a Freud le pasó lo mismo en 1920. Freud produce un corte absoluto con muchas concepciones en 1900 y en 1920 vuelve al cuerpo, a la biología, “la sustancia viva siempre quiere retornar a lo anterior”, con lo cual observá que el individuo puede estar incluso en contra de su propio descubrimiento.
Cuarta pregunta, de Ana María Flores
PIC Título provisional: El paradigma del “Sujeto del inconsciente en psicoanálisis”
“En el origen se postula la estructura significante y el OTRO, “anteriores” a todo lo natural, biológico e individual, implicando esto, que lo que antes hubo de biológico ha quedado definitivamente olvidado a partir del Big Bang del lenguaje y del OTRO para todo síntoma, fantasma, deseo, pulsión, gozo, etc.”[8]
Esta investigación aborda un apartado del PIC de Conceptos Articulados: “Respecto del psicoanálisis con niños sostenemos que el sujeto en esa práctica no tiene edad ni le falta desarrollo. La idea de un sujeto-niño, contradice la definición de sujeto que sostenemos. Poner en cuestión el evolucionismo en los psicoanálisis de niños implica organizar diferentes aportaciones de J. Lacan en diferentes textos”.
Paso a describir una breve puntualización de una primera parte del estudio. Partiremos de aquellos casos diagnosticados de trastornos del lenguaje con o sin patología asociada o indeterminada, los cuales no responden a las teorías de adquisición del lenguaje. Es decir, sujetos que presentan particularidades en el código y en la materialidad del significante. Casos que nos plantean preguntas sobre nuestras intervenciones directas y/o en su entorno, y las posibilidades de un análisis. En consecuencia, se trata de “establecer qué de lo que sucede es consecuencia de la enfermedad biológica y qué es causado por el orden del lenguaje y del discurso”[[9]].Y cómo permitir “sostener la duda…¿no será ‘además’ o ‘también’ y hasta ‘especialmente’ a causa del significante y del OTRO?”[10]. Desde esta perspectiva, desprendernos de los prejuicios que supone seguir leyendo estos casos desde las teorías de la evolución del lenguaje, de los procesos de comprensión y expresión oral los cuales responden al estudio de la lingüística, psicolingüística o logopedia.
Como inicio, para situar argumentos necesarios, he vuelto a dos lecturas: el Seminario 6 de J. Lacan en dialéctica con el texto del Grafo del deseo de A.E. 2005.
Y para las preguntas me detengo en una aportación de A.E. pág. 46: donde realiza la confección de un grafo que permite afirmar la teoría de Jakobson: CC MC CM MM. Los componentes son dos y cada uno doble.
Y sigo con otra referencia de A.E. “Es fundamental tener claro que no alcanza con que se establezca la dupla fundamental S1-S2 (que podría leerse como tomar al otro por el Otro), porque para poder tomar a alguien como analista, hace falta considerarlo como Otro de lo que es. S1-S2 no alcanza para constituir la transferencia…”[11]
Este punto en casos de trastornos sitúa con claridad la posibilidad o no de análisis.
Una primera pregunta que se deduce ¿estarías de acuerdo en que sí se pueden realizar intervenciones? Y la segunda: Las representaciones de J. Lacan en psicoanálisis: modelos, esquemas, grafos, superficies topológicas y nudos nos permiten transmitir aportaciones novedosas a otras disciplinas. Entonces, ¿el paradigma que se argumenta en “El origen del sujeto” posibilita que un psicoanálisis por venir pueda contribuir a la epistemología de las ciencias conjeturales?
Alfredo Eidelsztein: Varios problemas hay. De vuelta, toda teoría de buena factura, o sea planteada lo mejor posible: sus axiomas, sus conceptos, las leyes que articulan a estos axiomas con los conceptos, a los conceptos entre sí y las derivadas que habiliten experimentos, prácticas. O teorías totalmente eclécticas como las religiones que mezclan cristianismo con religiones africanas. ¿Cómo se llaman esas religiones? Bueno, ahora no me sale la palabra; a algunos de nosotros nos va a salir… Todas tienen su aspecto imposible, producido por la teoría, no los fenómenos que no puede estudiar o no llega a estudiar.
Por ejemplo, en la teoría de la relatividad de Einstein no hay nada que pueda ser más rápido que 300.000 Km por segundo y ¿el efecto instantáneo que trabaja la cuántica? Ah, no. La teoría de la relatividad de Einstein no, no puede trabajar con eso, es un límite imposible; para eso hay que trabajar cuántica. Y si dos hermanos gemelos: uno se queda en la tierra y el otro viaja en una nave que tiene una velocidad tan próxima como la de la luz y envejecen en forma distinta ¿Cómo se puede explicar eso con la teoría de Newton? No, eso no se puede. Se necesita la teoría de Einstein para explicar eso. Lo que quiero decir es: cada teoría con su desarrollo pone lo que cada teoría no puede explicar.
El lenguaje en lingüística. El lenguaje en lingüística requiere el concepto de sincronía que no es simultaneidad. O sea, que las lenguas aparecen y ya están o no están. Y ¿por qué? ¿Por qué necesita eso? Porque si un significante es la diferencia con todos los otros, como dice Ferdinand Saussure, para que un significante exista tienen que existir todos los otros. No podría aparecer uno, el primer significante. ¡Oh, viene un oso!, ¡Oh, ahí hay una mujer!, ¡Oh, vamos a comer algo! Porque para que aparezca uno: cuidado que viene el oso, un oso; ¡Oh! ¡qué miedo! Para que un grito signifique miedo hace falta otro grito que signifique ¡ay, que lindo que está esto! No es lo mismo que viene un oso que me va a comer que un gol de Cristiano Ronaldo. No es lo mismo, pero yo grito igual. Yo me acuerdo que iba al estadio de futbol con mi papá cuando era muy chiquito. Mi papá me llevaba al estadio de futbol y yo estaba distraído siempre, no me interesaba mucho. Cuando había un gol me asustaba porque todos gritaban a mí alrededor, yo ni sabía dónde estaba la pelota. Así que no estaba preparado. Con lo cual, para mí “gol”, de la hinchada donde yo estaba y que a mi papá lo ponía contento porque nosotros habíamos hecho un gol, a mí me asustaba.
Con lo cual, los lenguajes no aparecen más que en forma sincrónica, que no es simultáneo. Se dice que las lenguas romances comenzaron en el 900 pero no hay un día. Saussure produce, crea el neologismo “sincronía” para eso. Cuidado que en griego “sin” quiere decir “con”, “cronos” tiempo. Sincronía no quiere decir sin tiempo, quiere decir “con tiempo”. Pero es un tiempo distinto, no es el de la evolución. Con lo cual, aplicarle al lenguaje la teoría evolutiva es un problema. Porque la lingüística moderna, la estructural al menos, la de Chomsky sí; hay otras lingüísticas, hay muchas. En la estructural con la que trabaja Lacan, con la que trabajo yo y seguramente muchos de ustedes, esa no admite evolución, en el sentido de madurar. Admite cambio, de hecho el corte de la sesión implica un cambio en la relación que hay entre los términos. Con lo cual, la evolución del lenguaje en teoría estructural del lenguaje: no, queda por fuera.
Cualquier psicólogo de niños, cualquier logopeda, cualquier psicoanalista de niños dirá: bueno, bueno, pero el niño empieza por un término, luego por otro término, luego por otro término. Y sí, bueno, sí ¿Por cuál empieza? Ese niño, el tuyo, tu niño, el que tienes en el consultorio, tu hijo, tu sobrino, ese niño del parque ¿Por qué término empieza? Mamá, teta, mama, leche, comida. Si observaron niños saben que no, ¿no?
Por ejemplo, uno de mis hijos, para nuestra tristeza ingenua de padres, comenzó diciendo el nombre de una amiguita, vecina del edificio; como si fuese Lucía, la primera palabra que dijo es Lucía. Ni mamá, ni papá, ni abuela, ni comida, ni chupete. Empezó diciendo Lucía. Entienden que ya es un término pleno de significado ¿no? Porque en el ejemplo que les doy el nombre de la amiguita significó no mamá, no papá; ya había hermanitos, ninguno de los hermanitos. Arrancó diciendo el nombre de la amiguita ¿Cómo puede ser? Con lo cual, ya es un término que no entra en ningún sistema evolutivo. Y de hecho, ya implica que no es el primer término porque está en el lugar de otro. Es el problema de la sincronía.
El segundo problema con la evolución del lenguaje y las intervenciones respecto al problema del lenguaje es que sincronía no es simultaneidad. Lacan lo dice “sincronía, no simultaneidad”. Los psicoanalistas somos todos evolucionistas porque el freudismo es evolucionista. Oral, anal, fálico y genital, autoerotismo, narcisismo, amor objetal. Todo, todo es así.
El psicoanálisis es un proceso madurativo. Y, de hecho, la dirección de una cura terapéutica, la dirección de la cura de los psicoanalistas, en general, es evolutiva. “No se queje como un niño”, dicen los psicoanalistas y uno tiene ganas de decir “pero si los niños no se quejan así” ¿Por qué dicen quejarse como un niño? Muchos niños no se quejan o se quejan de otra manera. Es más común que los adultos se quejen como niños que los niños. Es toda una mentalidad evolucionista, de maduración, del desarrollo. Hay sociedades desarrolladas y sociedades en vías de desarrollo que es como se dice a los países pobres. Pasan los años y muchos no se desarrollan. Todo es desarrollo, todo es maduración. Es una forma de pensar, eso se apoya en conceptos muy universales y muy poco presentes, y es que todos consideramos que el tiempo y el espacio son infinitos. Que hay un tiempo infinito para atrás y hay un tiempo infinito para adelante. Y que el espacio es infinito en las tres dimensiones. Todo el mundo lo piensa. Si no lo estudió, lo piensa. Exagero cuando digo todo el mundo, no conozco todo el mundo ni se lo que piensa todo el mundo. Es una forma de hablar, de una gran generalización de este prejuicio. Nada lo justifica. Todas las teorías científicas que ya tienen 100 años -y están totalmente libres de contradicciones severas como para proponer que hay que aceptar otras por ahora- proponen que el tiempo, el espacio, la masa y la energía comenzaron como las lenguas, de pronto ¡Pluf! Eso comenzó. Y ¿eso qué quiere decir, que no había nada antes? No, sino que lo que había antes no cumple ninguna función, no causa nada. Esa es la teoría del Bing-Bang en cosmología moderna.
Otro tema importante para la lengua y su evolución es su aparición, su existencia sincrónica. No hay primero un término y luego otro. En esto se engañan mucho los lacanianos especialmente porque creen que 5 es primero y 6 es segundo. Y Lacan no puso primero y segundo, de hecho, si hay un bucle 5 6 es porque 6 queda en posición de antecedente respecto de 5. Entienden ¿no?
Si ustedes dicen círculo vicioso ¿cuál está primero, cuál segundo? En el círculo vicioso el efecto funciona como causa del efecto que funciona. Eso es círculo vicioso. Lacan plantea 5 6 espacialmente como un círculo y temporalmente como futuro anterior.
El otro problema vinculado a este es la enseñanza de la lengua. Seamos lo más pedestres posible. Vamos a la calle. A los de ciencias sociales les encanta la calle, vamos a la calle a ver cómo son las cosas No sé por qué las cosas tienen que suceder en la calle. Muchas veces suceden adentro de la casa. Pero, en la calle ¿la enseñanza del lenguaje se realiza?
La pregunta es ¿el lenguaje se enseña? ¿Los padres enseñan a hablar a los niños? ¿Los padres enseñan? ¿Quién enseña a hablar al niño? ¿Se enseña el lenguaje? Es una pregunta interesante. Me pareció interesante, por lo menos, para luego repensar en los problemas con el lenguaje. O sea, no es evolutivo, no se empieza por un término luego otro, luego otro. Y por otra parte no hay en sentido estricto enseñanza de la lengua materna, de la lengua natural. Tercero no hay por qué suponer que de pronto no haya el comienzo de algo.
Hay niños, adultos también que de pronto manifiestan problemas severos con el lenguaje, los hay evidentemente. En estos problemas uno puede suponer la existencia de un factor que escapa a los del campo psicoanalítico, perfectamente: un cáncer, un tumor, un problema hormonal, un problema genético…un accidente, un golpe que alguien recibió en el lóbulo tal, frontal derecho, y queda con dificultades para… defectos metonímicos, metafóricos -los estudios de Jakobson. Perfectamente, no hay ningún problema, hay enfermedades biológicas o casos que se suponen que podrían ser enfermedades de origen biológico pero que no se conocen, así que todavía no están diagnosticadas, ni identificadas sus fuentes. Sí, podría haber.
Ahora, como se trata del lenguaje inexorablemente hay un campo del lenguaje y de todo trastorno del lenguaje que habilita la participación clínica del psicoanalista con su teoría.
Al menos para abreviar -porque se me está acabando el tiempo-, al menos para abreviar por el problema del sentido. O sea, existe un caso “x”, un caso, un niño de tres años, de cinco años, un abuelo de ochenta, no importa. Un caso “x” con un problema de lenguaje “y”, ni siquiera planteemos cuál, incluso no habla o no responde a la palabra. O sea, uno le llama, le habla y la persona, el niño, el viejo, la persona madura: ni cambia la mirada, ni gira la cabeza. Nada. Como se decía cuando yo era chiquito: es como hablarle a la pared. Y de hecho muchos de esos niños miran a la pared. Perfectamente, entonces evidentemente es un problema biológico, puede ser de origen biológico, sí, puede ser.
¿El psicoanalista qué participación tiene? Que como se trata del lenguaje y el lenguaje tiene todas estas propiedades, de las cuales fuimos hablando antes, implica una dimensión que siempre inexorablemente escapa a la biología, que es el sentido. Como los psicoanalistas trabajan goce que es del cuerpo real, entonces plantean el sin sentido como el origen y fin de la práctica psicoanalítica. ¿Entienden por qué? Porque la biología no tiene ningún sentido.
Mi impresión es que ahí justamente, en vez de la dimensión de la cura psicoanalítica, lo que se produce es la salida del analista. Porque los analistas trabajamos ahí donde hay sentido; que siempre es un problema de sentido ¿En qué sentido me lo decís? Y ya empezamos, ¿no?, ¿en qué sentido me decís? Y uno ya sabe que eso va de uno a otro y otro y otro y otro. Con lo cual, sí hay lugar indudablemente, para intervenciones del analista con el niño, el adolescente, la persona madura o el anciano, el geronte como le quieran decir, el viejo. Sí hay lugar con su entorno porque hay “inmixión de Otredad”. No hay ningún límite para que la intervención terapéutica sea a través de la madre, del padre, de la institución, de la niñera. Y efectivamente para trabajar en un campo que inexorablemente se produce, que es el campo del sentido.
Y lo otro ya lo dijimos, lo planteó bien Alejandra y además creo que Karla también, es la cuestión de la “inmixión de Otredad”. Con biología es individuo, es el cerebro de alguien, el sistema genético de alguien, el hormonal de alguien; por más que la mamá lo haya tenido también y fue por herencia genética. Este campo del sentido que siempre el problema del lenguaje lo trae, siempre, axiomáticamente implica “inmixión de Otredad”. Y si hay “inmixión de Otredad” ya tenemos un campo de trabajo.
Para la intervención del psicoanalista como interpretación que produzca un acto y todo eso, habrá que ver qué tipo de caso es. Porque podría ser un caso donde fuese un problema de la índole de la holofrase o un problema de una limitación que impone el sistema biológico en la dimensión que sea, que también impone algún tipo de límite. Pero el que haya algún tipo de límite a la “inmixión de Otredad” o al sentido del lenguaje, no significa que se lo pueda erradicar. Es imposible erradicar estas dos dimensiones. Con lo cual, el analista tiene un lugar siempre ¿Cuánto? Depende de cada caso.
- Vale, muchas gracias, Alfredo, muchas gracias.
Retomando la pregunta de Ana María por el Bing-Bang me parece que mi posición, en la consideración del sujeto, tiende a la cientificidad del análisis en sentido popperiano: todo el tiempo criticándonos en nuestra concepción y divulgación de nuestros conceptos. En el sentido cartesiano, de enunciar los conceptos claros y distintos; y en el sentido moderno de ciencia racional como el racionalismo.
En todas estas dimensiones, es claro que no nos queda como posible la prueba empírica porque tenemos experiencia, pero no tenemos experimentos. Entonces, no podemos testimoniar de los resultados porque no podemos experimentar, son experiencias.
Pero a su vez, adhiero y por eso estudio y trabajo tanto en la divulgación de la física moderna, de la cosmología moderna, de las matemáticas, de la lógica, porque todas esas ciencias, muy modernas, son anti-ontológicas. Les recomiendo como lectura de ello, los textos de divulgación de Einstein porque es muy claro que asume, antes de la cuántica, una posición anti-ontológica. Pero fundamentalmente el de Heisenberg ,1950… 1956 por ahí…, “Física y Filosofía” (se baja de internet obviamente). Es magnífico para darse cuenta que la ciencia moderna, lo más moderno de la ciencia hoy, en casi todas las disciplinas y en casi todos los científicos (no todos; algunos son ontológicos: los neurocientíficos muchos lo son, los biólogos muchos lo son… por eso Freud quedó más de ese lado porque se apoya en esas disciplinas) son anti-ontológicos: o sea, no hay una esencia de las cosas.
El problema es que la divulgación de la supuesta epistemología de las ciencias en ciencias sociales hace creer que la ciencia es ontológica. Pero la ciencia es lo más anti-ontológico que hay. De hecho, para concluir… (les pido disculpas por no disponer de más tiempo, pero bueno, hemos tenido la oportunidad de trabajar un buen rato quizás alguno ya se aburrió de escucharme …) en Zygmunt Bauman, “La Modernidad líquida” -un texto muy interesante, muy muy interesante- él propone que hoy, hoy lo revolucionario es la ciencia, es la tecnología, no las ideologías: no el marxismo, no el troskismo, no el mahoismo, no el peronismo, no el islam. La posición de Zygmunt Bauman, que a mi me parece muy interesante para pensar, es que hoy lo revolucionario, en el sentido más franco, es la ciencia y la tecnología.
Y yo estimo fundamentalmente, no por los gadgets -no porque hay una máquina como ésta (móvil) que… yo que soy viejo, esto para mi, es tener en mis manos la enciclopedia del mundo, la biblioteca del mundo, la agenda telefónica del mundo, la computadora; esto, esto que no pesa ni 500 gr, deben ser 300gr…la calculadora científica que yo nunca tuve hasta que terminé la facultad- la ciencia moderna es lo revolucionario hoy porque es anti-ontológica en sus aspectos más cuestionadores: nuestras concepciones. Pero la epistemología vulgarizada, la epistemología supuesta dice que la ciencia es ontologizante. Hay que estudiarla porque de hecho todo el mundo dice que la epistemología es lo que dijo Popper. Pero, ¿qué dijo Popper? Popper dice que la ciencia no se garantiza como tal por el experimento, por la prueba empírica, que es lo que dice todo el mundo que dijo Popper.
Popper escribió durante 50 años, escribió un libro a los 30, vivió 80, y durante 50 años escribió 15 libros de 800 páginas -leí bastante de ellos-, interesantísimos, muchos hablan mucho del psicoanálisis y por qué el psicoanálisis es una falsa ciencia -no Bunge, Mario Bunge. Karl Popper dice que la ciencia es teoría y que la ciencia tiene posición científica cuando su teoría está formulada de tal manera que sea criticable, no tiene nada que ver con el experimento empírico. Popper: “me entendieron mal”, 50 años.
Con lo cual, la posición científica o pro-científica de APOLa, la mía, la de la mayor parte de ustedes, de los colegas de APOLa justamente sostiene un plan de orientación científico porque hoy lo revolucionario y subversivo es la ciencia en la medida que es anti-ontológica. O sea, nada es el tiempo, nada es el espacio, nada es en sí mismo la materia y nada es en sí mismo la energía, no hay nada que sea un átomo, nada es un átomo, nada en sí mismo es un electrón, no hay electrones.
Bueno, hasta aquí.
Comentario final de Alfredo Eidelsztein
Les agradezco mucho y los felicito por esta forma de trabajo. Se los voy a proponer a otros grupos. Lleva mucho tiempo porque antes me hacen preguntas cortitas, pero ustedes han tenido la habilidad de diseñar un esquema de trabajo donde se argumenta bien la pregunta y dentro de qué plan de investigación están. Por eso contesto lo que estimo que puede ser importante para vuestros planes, en lo que soy capaz de conocer.
[1] J. Lacan, Seminario 2, Clase 12, 2 de marzo de 1955
[2] J.Lacan, Seminario 2, Clase 9, 2 de febrero de 1955
[3] Ibid
[4] A.Eidelsztein, Lo Simbólico de J. Lacan, o la función del agujero, Revista El Rey está desnudo 4
[5] Hoy ya no utiliza el término “humano”.
[6] Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis” Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 2 – 21-04-06
[7] J.Lacan, Seminario 2, Clase 14, del 16 de marzo de 1955
[8] Eidelsztien, A. (2018). El origen del sujeto en psicoanálisis. Del Bing Bang del lenguaje y el discurso. p. 107
[9] Ibid p. 90
[10] Ibid pp.90-91
[11] Eidelsztien, A. (2006). La topología en la clínica psicoanalítica. p. 82
*Cada entrevistador envió el texto transcripto de su pregunta y la respuesta correspondiente. Mariana Latorre realizó la edición final.